Fue construido por la Fundación "Alfredo Williner" para ofrecer a la comunidad un ámbito para el desarrollo de espectáculos al aire libre. Luego de su inauguración, fue donado a la Municipalidad de Rafaela con el fin de sumarlo a los espacios culturales de la ciudad.
Está formado por un escenario de 9 m de ancho por 12 m de largo, rodeado de gradas de cemento escalonadas, en forma de semicírculo, con capacidad para 950 personas sentadas. Cuenta, además, con dos camarines, una oficina, baños, cocina y depósito de elementos de iluminación y sonido.
Tiene una funcional glorieta estructural que sirve de marco estético y de soporte para artefactos lumínicos en la parte superior y posterior de las gradas.